miércoles, 3 de noviembre de 2010

De boda en boda...

¿Recordáis aquellas luces que salían en una foto de la entrada del 16 de octubre? Pues bien, esa casa no es ni más ni menos que la casa de una prometida. Recupero la imagen:

Casa tuneada de la novia
Partamos de la base de que casarse en Trípoli es caro. Según me han contado, a la hora de pedir matrimonio a una mujer hay que disponer de bastantes recursos, tanto económicos como materiales. Principalmente por dos motivos: por un lado para regalar a la familia de la novia y por otro para pagar los gastos de la boda. Lo primero lleva a que algunas familias directamente "especulen" con el futuro de su hija para obtener los mayores beneficios posibles. Lo segundo conduce a prácticamente una semana de celebraciones. ¿En qué consisten? Vamos a ello (perdón si algo que cuento no es así en realidad, sólo hablo de lo que he visto u oído).

A la hora de detectar el lugar de celebración de una boda, lo primero es localizar una casa ataviada tal cual la foto anterior. Si vas paseando por la calle y te topas con una casa llena de luces y de guirnaldas, no hay duda: ahí se casa alguien. En concreto es la casa de la novia.

Las galletas de la pedida eran parecidas a éstas.
Uno de los primeros actos que se celebran es la pedida de mano. Recuerdo justo nuestro primer día en Libya. Esa misma noche nos llevó Omar, un colega Libio, a la pedida de la boda de uno de sus primos. En ella no se para de bailar al ritmo de unos timbales, por norma general las mujeres (apartadas de los hombres). Justo cuando para la música, éstas hacen un sonido gutural con la lengua bastante curioso que, dado que resulta bastante complicado de explicar, podría describir como una variante bastante chula del típico sonido que hacíamos de niños para imitar a los indios. Ni por asomo es ese sonido, pero a falta de pan...




Recuerdo que esa noche sacaron a todo el mundo que estaba en la calle (en su mayoría hombres) una bandeja con unas pastas hechas de almendra y blandas por dentro (riquísimas) y una bebida blanquecina, igual que la horchata pero hecha con almendras (también muy rica). No tengo fotos de la bebida ni recuerdo su nombre, I'm sorry...

Por su parte el novio también lo celebra. Aquí la muestra del baile en cuestión de una celebración que pillé en la Plaza Verde:




No tengo muy claro si la celebración de la boda se hace en la misma semana que el acto de pedida (no me extrañaría), pero lo que está claro es que la lían muy parda. Me contaron en la oficina en qué se componía la celebración (un día para el acto oficial, otro para el extraoficial, otro de celebración...). Lo que está claro es que dura varios días. También me contaron que en uno de los días sólo se ofrecen dulces libios (les encantan!) y en otro es comida más contundente (con el cordero preparado por ellos mismos como plato fuerte).

Varias cosas llaman la atención de las bodas en Libia. En primer lugar, y para nada discordante con la filosofía libia de "mi-coche-es-mi-vida", basta con ver una fila de coches pitando como locos por la ciudad para saber lo que están celebrando: una boda.


Dentro de la caravana van los novios en un coche decorado de una manera, permitirme decirlo, bastante cutrecilla. Aquí un ejemplo, aunque en en este caso es aceptable (hay otros que claman al cielo - ver un Mercedes decorado con luces de navidad hacen llorar al niño Jesús):

El coche de los novios
A los libios les encanta los fuegos artificiales, o al menos es a la conclusión a la que puedo llegar por la brasa que dan todas las noches cuando te toca una boda por el barrio. Y cuando digo todas las noches es todas: prácticamente siempre se está casando alguien! Flipante...

Pero... ¿dónde se celebra la boda? ¿Se van a unos salones de bodas a lo occidental? Nada de eso... bloquean una calle. En ese momento es su calle, la calle de su jaima. Y es que todo se celebra allí, cerca de la casa de la novia.  Podría decirse que es una celebración más familiar y más íntima que las bodas en España. Mencionar que existen servicios de alquiler de decoración y de sillas y mesas para jaimas.

Jaima bloqueando la calle

De esta manera, no es raro que a la hora de circular por la ciudad te encuentre que, al girar la esquina, haya una jaima bloqueándote el paso y tengas que dar marcha atrás con el coche. Ni permisos, ni multas... todos lo aceptan. 

Jaima de celebración de una boda. 

Con la suma de todo esto parece que uno puede llegar a la conclusión de que una boda trae consigo una celebración por todo lo alto. Todo el mundo lo pasa bien. Todo el mundo menos los vecinos: al tercer día de bailes, timbales, fuegos artificiales y coches pitando a toda pastilla se comienza a sentir cierto malestar con tanta celebración. Pero se entiende: para la cultura árabe la familia es uno de los aspectos a preservar más importantes, y casarse es el germen de una nueva familia.

Un último apunte: los vestidos de la novia y de las mujeres que asisten a la boda son, cuanto menos, curiosos. Pero... mejor dejarlos para otra ocasión. Ya le tocará su turno a la moda Libia.


3 comentarios:

  1. Buenísima actualización, como todas, un 10!!

    Estoy deseando leer la actualización de la moda Libia, que también tiene que ser interesante.

    Eso parece durar más que una boda gitana y me han hecho gracia los hombres bailando en medio de la plaza! XD

    Un besazo! ;)

    Por cierto, sonido imitando a indios cuando éramos niños??... y no tan niños! jejeje

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  2. Muy interesante el reportje sobre la boda libia, al igual que el resto de los que hasta ahora has hecho.
    Sigue así y serás el próximo reportero de "España (digo, Libia) Directo".
    Vas por buen camino, campeón!

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  3. En Marruecos son iguales. 3 días de boda, las casas decoradas con luces, los coches pitando como locos por la calle, ponerte cerdísimo a comer, etc Eso sí ... oficialmente, nada de alcohol. Oficialmente claro ... jejeje

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