jueves, 16 de diciembre de 2010

Puente de la constitución (parte 1): Líbano...

Saludos desde Túnez. Y digo desde Túnez porque con una antelación más que discutible me han avisado de que esta semana tocaba desplazamiento a la Oficina Comercial de Túnez. Desde el hotel, cansado de la paliza del día y muerto de frío (por la inexistente calefacción), os cuento la primera parte de lo que fue mi puente de la constitución: Líbano.



Tras volar a Damasco y reunirme con las becarias de informática de Damasco y COMEX de Amman, partimos camino a la capital: Beirut. El viaje lo hicimos por carretera en taxi, ya que ambas capitales están bastante cerca. Tras los consiguientes controles de frontera, nos plantamos en el hotel de la capital de un país que, para qué lo vamos a negar, últimamente ha aparecido en más de una noticia. Ya veremos que no es todo como lo pintan...

Centro de Beirut

Para comenzar a hacernos con la ciudad qué mejor que irse al centro... al centro comercial. Porque eso es lo que parece, la verdad. De todos es sabido la situación de tensión Israel-Líbano, lo cual condujo en su momento a la práctica destrucción del centro de Beirut. Pues bien: si por algo destacan los libaneses es por su afán de superación. Si te destruyen algo: volvamos a construirlo. Si vuelven a atacarlo, volvamos a levantarlo...  Fruto de esa filosofía está el nuevo centro, del cual sólo he de criticar una cosa: su artificialidad. Aunque es bastante accesible para pasear por el mismo, el aspecto de las fachadas y de las calles en general es demasiado de cartón piedra.

Proyecto zoco con su único edificio antiguo

El culmen se alcanza en el llamado "Proyecto Zocos", un supuesto zoco moderno que no es más que un centro comercial parcialmente al aire libre. No está nada mal, pero resulta chocante en una ciudad de Oriente Medio.

Contrastes

Y es que, a mi parecer, la ciudad es totalmente distinta a cualquiera de las de la zona. Es moderna, abierta de mente y, salvando las distancias, europea. Aquí la ley de franquicias permite que las empresas extranjeras se establezcan, tiene una universidad que imparte las clases en inglés, el consumo de alcohol está permitido y es algo normal. Todo esto es fruto de una gran diversidad cultural y de creencias religiosas, donde los musulmanes comparten su sitio con los cristianos, en armonía. Es aquí donde radica el auténtico espíritu del país, y no en las noticias de conflicto (no resuelto) entre israelíes y libaneses.

Trípoli libanés


 Aunque claro, todo esto centrándonos en Beirut. Pongamos como caso a otra ciudad como Trípoli (homónima libanesa de mi querida capital libia que, por supuesto, no podía dejar de visitar). Aquí la cosa cambia: la forma de vida occidental no está tan patente como en la capital, sus ciudadanos están menos acostumbrados al turismo, el porcentaje musulmán aumenta y, según las malas lenguas, el nivel de extremismo religioso también lo hace.


La ciudadela de Trípoli




Según el Ministerio de Asuntos Exteriores la zona se tacha como problemática, recomendando ser cuidadoso en su visita. Yo sólo puedo recomendar acercarse por la ciudad: sus gentes son amables, agradecidas con el turista. Se respirará un ambiente más auténtico y realista que en la capital. Las vistas desde la ciudadela de la ciudad ya habrán hecho que el viaje de aproximadamente 80 kilómetros haya merecido la pena.

Trípoli desde la ciudadela


Pero el país tiene otros puntos interesantes. Uno de ellos es un pequeño pueblo medieval llamado Biblos, bastante cerca de Beirut. En él se respirará un ambiente marinero (fue un importante puerto marítimo en su tiempo), tranquilo y antiguo, con una ruinas muy recomendables (romanas, fenicias, medievales...). Destaca por considerarse la cuna del alfabeto.

Zocos de Trípoli

Entre Biblos y Beirut hay una auténtica maravilla natural: las grutas de Jeita. Realmente impresionante y por ahora las mejores que he visto. Totalmente recomendable su visita. Una lástima que no estuvieran permitidas las fotos en el interior de las cuevas...

Haciendo el indio frente al castillo cruzado de Biblos

Conclusión del viaje: qué caro es Beirut, que gran mentalidad de país, que diferente es a sus países vecinos... y qué coño: cómo mola tener una camiseta del Hard Rock Beirut!

Niños tripolitanos pidiéndote una foto (momentos así marcan)

2 comentarios:

  1. Primer, primer!!

    Ya se echaban de menos tus actualizaciones, hermanito!!

    Muy buena, sobre todo porque tiene que ser chocante ver como, a diferencia de Libia, ahí conviven musulmanes y cristianos en armonía, y son mucho más abiertos de mente.

    Me ha gustado cómo lo has descrito, muy bonitas las fotos, la ciudadela de Trípoli tiene que ser preciosa... y la última foto, a petición de los niños, como tú dices... marca!!

    Un besazo muy grande y comienza la cuenta atrás para volver a abrazarte, que este año más que nunca, eres El Almendro, vuelves a casa por Navidad! :P

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  2. Es curioso ver a través de tus actualizaciones (acompañadas siempre de la oportuna y conseguida fotografía)cómo se puede viajar en tan corto espacio de tiempo y lugar por culturas, costumbres y ciudades tan distintas. Y en el fondo todas tienen en común la inocencia y la ilusión de los niños que las habitan y que aparecen reflejadas en la foto de los chavales. Chapó!
    Y siguiendo con el spot de El Almendro: ...vuelve a casa vuelve... por Navidad, porque este año El Mesías que esperamos también eres tú. Un besote y hasta pronto campeón.

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